MONTEGRANDE Y LA CULTURA MARAÑÓN

Montegrande es la primera arquitectura monumental que sugiere el origen de la religión en la Amazonía. Su forma espiral representa el símbolo más antiguo y universal de la historia humana; simboliza el cambio constante, la transformación y el desarrollo por los cuales atraviesa el universo y, junto con él, los seres humanos. La vida es movimiento, y este movimiento es espiral; es energía evolutiva. También podemos observar esta espiral en nuestras cadenas de ADN, en la concha de un caracol, en un tornado, en el crecimiento de las plantas, en el movimiento de una serpiente y, por otro lado, en la danza. Fue construido hace aproximadamente 6,000 años por los habitantes de la cultura Marañón y se ubica en la provincia de Jaén, departamento de Cajamarca, en la Alta Amazonía del Perú.

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La arquitectura monumental de Montegrande fue construida con tierra y piedra, empleando estructuras antisísmicas. En los contextos arqueológicos se han registrado varios sitios funerarios, que pudieron haber sido hechos con la intención de guiar las almas de los recién fallecidos, pues probablemente creían en la vida después de la muerte y que aquellos que habían muerto antes conocerían el camino y podrían guiar a los recién llegados al más allá. Para acompañar las tumbas, colocaron diversos artefactos de piedra, como esculturas de mazorcas de maíz y semillas de cacao. En Montegrande se han descubierto varios objetos, incluyendo piedras de moler, cerámicas, enterramientos humanos y otros artefactos, así como restos de alimentos como yuca, maíz y coca, junto con los restos más antiguos conocidos hasta la fecha de Theobroma cacao. Los habitantes de esta civilización ocuparon un territorio que se extendía más allá de las fronteras del Perú actual.